SANTUARIO PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE
LOURDES
Gruta y Basílica. Quinta Normal, Santiago de Chile.
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Año
En los últimos momentos de
un año que termina, nos reunimos en familia para decirle
GRACIAS al Señor, también para solicitarle el
PERDÓN y para implorarle AYUDA.
(Se bendice el PESEBRE)
Señor, por la paz, por
la alegría, por la unión que los hombres mis
hermanos, me han brindado; por esos ojos que con ternura y
comprensión me miraron, por esa mano oportuna que me
levantó, por esos labios cuyas palabras y sonrisas me
alentaron, por esos oídos que me escucharon, por ese
corazón que me dio amistad, cariño y
amor.
GRACIAS, Señor,
también por el éxito que me estimuló, por la
salud que me sostuvo, por la comodidad y diversión que me
descansaron.
GRACIAS, Señor... me
cuesta trabajo decirlo... por la enfermedad, por el fracaso, por
la desilusión, por el insulto, por el engaño, por
la injusticia, por la soledad, por el fallecimiento del ser
querido. Tú, lo sabes, Señor, cuán
difícil fue aceptarlo; quizá estuve a punto de la
desesperación pero ahora me doy cuenta que todo esto me
acercó más a Ti. ¡Tú sabes lo que
hiciste!
GRACIAS, Señor, sobre
todo por la fe que me has dado en Ti y en los hombres. Por esa fe
que se tambaleó, pero que Tú nunca dejaste de
fortalecer; cuantas veces, encorvado bajo el peso del
desánimo, me hizo caminar por el sendero de la verdad, a
pesar de la oscuridad.
UN AÑO TERMINA,
SEÑOR.
GRACIAS, Señor, por
todo lo que en este año me diste.
GRACIAS por los días de
sol y los nublados tristes.
GRACIAS por las noches
tranquilas y por las inquietas horas oscuras.
GRACIAS por la salud y la
enfermedad.
GRACIAS por las penas y las
alegrías.
GRACIAS por todo lo que me
prestaste y después me pediste.
GRACIAS, Señor, por la
sonrisa amable y la mano amiga, por el amor, y todo lo hermoso y
dulce. Por las flores y las estrellas y la existencia de los
niños y de las almas buenas.
GRACIAS por la soledad, por el
trabajo, por las dificultades, y las lágrimas, por todo lo
que me acercó a Ti más
íntimamente.
GRACIAS por tu presencia en el
Sagrario y la gracia de los Sacramentos.
Por haberme dejado vivir...
GRACIAS, SEÑOR.
(Se reza el Padre
Nuestro).
(Se bendice el AGUA)
PERDÓN... No
podría continuar sin pronunciar esa palabra que tantas
veces te debería haber dicho, pero que por mi negligencia
y orgullo he callado.
PERDÓN, Señor,
por mis negligencias, descuidos y olvidos, por mi orgullo, por mi
vanidad, por mi necedad y capricho, por mi silencio y mi excesiva
locuacidad.
PERDÓN, Señor,
por prejuzgar a mis hermanos, por mi falta de alegría y
entusiasmo, por mi falta de fe y confianza en Ti, por mi
cobardía y mi temor en mi compromiso.
PERDÓN, porque me han
perdonado y no he sabido perdonar.
PERDÓN por mi
hipocresía y doblez, por esa apariencia que con tanto
esmero cuido, pero que en el fondo, no es más que
engaño a mí mismo y los demás.
PERDÓN por esos labios
que no sonrieron, por esa palabra que callé, por esa mano
que no tendí, por esa mirada que desvié, por esos
oídos que no presté, por esa verdad que
omití, por ese corazón que no
amó...
Por ese YO que se
prefirió, SEÑOR, no te he dicho todo. Llena con tu
amor mi silencio y mi gran cobardía.
GRACIAS por todos los que no
te dan las gracias.
AYUDA a todos los que no
imploran tu ayuda.
PERDÓN por todos los
que no te piden perdón.
Me has escuchado... ahora,
Señor, ¡habla Tú, te escucho...!
(Se reza
“Yo confieso...”).
(Se enciende el CIRIO PASCUAL)
Te he venido también a
implorar para el año que está entrando que ya muy
pronto va a comenzar. Lo que el futuro me depara, lo desconozco,
Señor. Vivir en la incertidumbre, en la duda, no me gusta,
me molesta, me hace sufrir. Pero sé que Tú siempre
me ayudarás.
Yo te puedo dar la espalda.
Soy libre. Tú nunca me la darás, eres
fiel.
Yo sé que
contaré con tu ayuda. Tú sabes que no siempre
cooperaré.
Yo sé que me
tenderás la mano. Tú sabes que no siempre la
tomaré.
Por eso, hoy te pido que me
ayudes a dejarme ayudar, Que llenes mi vida de esperanza y
generosidad. No abandones la obra de tus manos,
Señor...
UN AÑO INICIA,
SEÑOR.
Da vuelta otra hoja del libro
de mi vida. ¿Qué
traerá el año que empieza? Lo que tú
quieras, Señor.
Pero te pido fe para mirarte en todo. Esperanza para no desfallecer.
Caridad perfecta en todo
lo que haga, piense y quiera.
Dame paciencia y humildad. Dame desprendimiento y un olvido total de mí mismo.
Dame, Señor, lo que Tú sabes me conviene y yo no
sé pedir,
Que pueda yo amarte cada vez
más, y hacerte amar de los que rodean. Que sea yo grande
en lo pequeño. Que siempre tenga el corazón alerta,
el oído atento, las manos y la mente activas, el pie
dispuesto.
Derrama, Señor, tus
gracias, sobre todos los que quiero. Mi amor abarca el mundo y
aunque yo soy muy pequeño, sé que todo lo colmas
con tu bondad inmensa.
Amén.
(Se reza el Ave
María).
(Se acompaña con un VILLANCICO)
Señor Dios, dueño del
tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el
pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte
gracias por todo aquello que recibí de TI.
Gracias por la vida y el amor, por
las flores, el aire y el sol; por la alegría y el dolor,
por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este
año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron
por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo
largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los
antiguos amores, los más cercanos a mí y los que
están más lejos, los que me dieron su mano y
aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la
vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también
Señor, hoy quiero pedirte
perdón, perdón por el tiempo perdido, por el
dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor
desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el
trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin
entusiasmo.
También por la
oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora
vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y
silencios, nuevamente te pido perdón.
Hoy te pido, para mí y los
míos, la paz y la alegría, la fuerza y la
prudencia, la claridad y la sabiduría. Quiero vivir cada
día con optimismo y bondad llevando a todas partes un
corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra Tú,
Señor, mis oídos a toda falsedad y mis labios a
palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes. Abre,
en cambio, mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu
se llene sólo de bendiciones, y las derrame a mi
paso.
Cólmame de bondad y de
alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a
mí encuentren en mi vida un poquito de TI.
Danos un año feliz y enséñanos a repartir
felicidad.
AMÉN.
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