SANTUARIO PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE
LOURDES
Gruta y Basílica. Quinta Normal, Santiago de Chile.
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Pastoral 2022
Tema Pastoral Lourdes
2022
El tema que se nos propone desde Francia para los próximos años está inspirado en las palabras que María, la Madre de Dios, confió a Bernardita Soubirous el 2 de marzo de 1858: «Vaya a decir a los sacerdotes que se construya aquí una capilla y se venga en procesión». Teniendo en cuenta el contenido y la riqueza de estas palabras, y para que los peregrinos las conozcan mejor, serán presentadas en tres tiempos:
AÑO 2022: «Vaya a decir a los Sacerdotes…»
AÑO 2023: «Que se construya aquí una Capilla…»
AÑO 2024: «Que se venga en Procesión…».
«Vaya a decir a los sacerdotes…». Y una de las claves que puede ayudarnos a apropiarnos estas palabras de María es esencialmente pastoral.
En efecto, cuando se trata de entender a la persona de la Virgen María estamos invitados a hacer un llamamiento a la enseñanza de la Iglesia. Sin embargo, cuando se trata de amar a la Madre de Dios, hay que recurrir a la experiencia del santo y fiel pueblo de Dios, los peregrinos y entre ellos, por excelencia, a Bernardita Soubirous.
Esto
también se aplica a los sacerdotes. Para entender
quién es el sacerdote, debemos recurrir a la
enseñanza de la Iglesia. Pero para amar a los sacerdotes
hay que contemplar a la Madre de Jesús y al santo y fiel
Pueblo de Dios. Y para amar a los sacerdotes de Lourdes se nos
invita a hacer nuestra la experiencia de Bernardita.
El 2 de marzo de 1858 hay 1650 personas reunidas en la Gruta, incluso antes de la llegada de Bernardita. Nada más llegar, Bernardita se arrodilla y, con una vela en la mano, se persigna lentamente y empieza a rezar el rosario. Pronto se le ilumina la cara, prueba de que la Señora está allí. Al final del Rosario, Bernardita realiza los gestos penitenciales que la Señora le ha enseñado. Besa el suelo en señal de penitencia por los pecadores. Se pone de rodillas y va al manantial a beber y lavarse. Bernardita realiza estos gestos con gravedad, con el rostro triste, pero también con lentitud, ya que la gran cantidad de gente que hay dentro de la Gruta frena su avance.
Poco después, su rostro se ilumina y, aunque permanece inmóvil, todos comprenden que la Señora está allí. Y como una madre y una hija, viven un momento de corazón con corazón. Esta intimidad hace posible el encuentro, y luego llega el momento de la catequesis, la enseñanza e incluso la misión. Así, el martes 2 de marzo de 1858 la Señora encomienda a Bernardita:
«Vaya a decir a los sacerdotes que se construya aquí una capilla y se venga en procesión».
Bernardita, durante la Tercera Aparición, había recibido y acogido una invitación de la Señora: «¿Me haría la gracia de venir aquí durante quince días?» Y ahora este diálogo íntimo, personal, lleno de cortesía, ternura, afecto y a la vez de exigencia se abre, en esta 13ª Aparición, a las dimensiones de toda la Iglesia, de toda la humanidad. Bernardita acaba de recibir, por primera vez en su vida, una misión que concierne a otras personas: «Vaya a decir…».
Desde la Primera Aparición, Bernardita ha tenido que afrontar y superar muchos obstáculos. Pero esta «misión» es sin duda la más difícil de cumplir para ella. Salió de la Gruta, pero no fue directamente al Calabozo a buscar a sus padres. Acompañada por dos de sus tías, Bernardita fue a la casa parroquial de Lourdes para ver al párroco.
Es un momento difícil para ella. En primer lugar, porque era la primera vez que se encontraba con este hombre de impresionante estatura, pero también porque la bienvenida que el sacerdote dio a la tía Bernarda, la tía Basilia y a Bernardita, no fue muy cálida.
Impresionada, Bernardita pierde los nervios. Tanto es así que al salir de la casa del párroco Peyramale, se da cuenta de que ha olvidado parte de la petición. Para volver a ver al párroco, Bernardita no pide a sus tías que la acompañen, sino que va a ver a la sacristana, Dominiquette Cazenave, para que concierte una cita con el sacerdote. Hasta el 2 de marzo por la noche no le comunicó al P. Peyramale su mensaje:
«Vaya a decir a los sacerdotes que se construya aquí una capilla y se venga en procesión». Al salir de la casa parroquial, radiante, Bernardita confía a Dominiquette: «Estoy muy contenta, he cumplido mi encargo».
La mensajera es muy débil, pero es gracias a que ella
transmitió ese mensaje que hoy también podemos
estar nosotros en la Gruta de Lourdes.
Hoy se nos propone que nos detengamos, que tomemos distancia, miremos lo que hemos vivido durante nuestra peregrinación y hagamos el balance de lo que ha sido bueno; que miremos las dificultades que hemos encontrado, nombremos lo que nos ha movido y consideremos cómo continuar. Para ello, pongámonos bajo la acción del Espíritu Santo bajo la mirada de la Santísima Virgen María.
(Elegir una invocación al Espíritu Santo que puede ser continuada con una canción a la Virgen María).
Durante las Apariciones, Bernardita vive una amistad con la Santísima Virgen María. El diálogo que se crea entre ellas hace crecer a Bernardita primeramente como mujer, después como cristiana y para terminar le permite avanzar en el camino de la santidad.
1. El 18 de febrero de 1858, María dice a Bernardita: «¿Quiere hacerme el favor de venir aquí durante quince días?» Bernardita era una muchacha pobre, analfabeta, desnutrida y enferma. Nadie le confiaba responsabilidades. Sin embargo, María se arriesga a pedirle que venga a la Gruta de Massabielle durante quince días. Bernardita dice que sí y a pesar de los numerosos obstáculos y prohibiciones, cumple con su palabra. Gracias a María, Bernardita crece en su humanidad, se convierte en una persona responsable.
¿Cómo me invita la peregrinación a Lourdes a asumir responsabilidades? ¿Cómo me han hecho crecer como hombre o mujer estos días pasados en Lourdes?
2. El 25 de febrero de 1858 en medio de los gestos penitenciales, María hace que Bernardita descubra el manantial de la Gruta de Massabielle. Le dice: «Vaya a beber y a lavarse en la fuente». El agua del manantial de la Gruta nos recuerda el bautismo y nos lleva al misterio pascual, centro de la vida cristiana. La muerte y resurrección de Jesús es un principio fundamental de la fe cristiana.
¿He vivido el misterio de la muerte y resurrección de Cristo en nuestras celebraciones, oraciones o catequesis? ¿He encontrado elementos durante la peregrinación que me han hecho crecer en la fe?
3. El 2 de marzo de 1858, María dice a Bernardita: «Vaya a decir a los sacerdotes que se construya una capilla y se venga en procesión». Bernardita se pone en marcha sin esperar para ir a ver al P. Peyramale. Se convierte en discípulo-misionero y gracias a su misión va a nacer el santuario de Lourdes, lugar que favorece la experiencia de vida en comunión con Jesucristo. Me santifico gracias a los sacramentos celebrados durante mi peregrinación.
¿Qué papel han desempeñado los sacerdotes para ayudarme a entrar en la comunión de vida con Cristo? ¿Con quién voy a compartir la gracia que he recibido?
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por Mí: su nombre es Santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Señor, haz que me ponga entre tus
manos con todo lo que soy y lo que he vivido durante la
peregrinación. Que contigo pueda sacar todo lo bueno de
este tiempo de gracia. En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Fuente: Santuario de
Lourdes Francia.
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