SANTUARIO PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

Gruta y Basílica. Quinta Normal, Santiago de Chile.


Inicio > Noticias > Especiales


Especiales > Columna de Opinión: “A Misa por YouTube”

“A MISA POR YOUTUBE”

Columna de Opinión

Lourdes

Columna de opinión del periodista José Ignacio Brito, publicada el jueves 10 de diciembre en el diario La Tercera, a propósito del retroceso a fase 2 Transición en la Región Metropolitana y la imposibilidad de celebrar misas presenciales sábado y domingo.

Este fin de semana volverá a haber confinamiento general en Santiago y las iglesias estarán cerradas de nuevo. El gobierno considera una serie de excepciones para restoranes, pequeños negocios y comercio callejero, e incluso estudia la posibilidad de retrasar el toque de queda diario, postergando asimismo el horario de término del transporte público. La UDI, que celebra su elección interna este sábado, podrá realizarla sin problemas, pues ha conseguido la autorización para llevar adelante el proceso. Mientras, el bloque opositor Unidad Constituyente obtuvo un permiso similar para sus primarias del domingo 20.

Sin embargo, pese a que las excepciones se multiplican y a que la libertad religiosa está expresamente resguardada por la Constitución y las leyes, las iglesias deberán permanecer clausuradas durante los fines de semana (y con aforo mínimo de lunes a viernes), privando otra vez a los fieles del culto dominical.

Ministros y autoridades justifican las excepciones sobre la base del respeto a los derechos ciudadanos y la urgencia económica por la que atraviesan sectores golpeados por la pandemia. No obstante, a ninguna autoridad se le ocurre que el contacto con la trascendencia también es una necesidad humana. Además, parecen no querer saber, como lo pudo comprobar cualquier persona que asistió a misa en las últimas semanas, que los párrocos han sido muy cumplidores con las normas sanitarias relativas al distanciamiento entre fieles, aseo de manos con alcohol gel, uso de mascarillas y reducciones del aforo.

Altos funcionarios han señalado como principal responsable del rebrote a las actividades imprudentes de algunos segmentos de la población. Estas no han sido oportunamente fiscalizadas, pese a que el gobierno posee atribuciones para hacerlo. El timing de esta incipiente segunda ola hace que no sea descartable que las aglomeraciones registradas durante el plebiscito del 25 de octubre y las masivas celebraciones posteriores tengan que ver con el aumento de contagios. Nadie ha mencionado al culto religioso como uno de los motivos por los cuales hemos vuelto a una situación difícil. No es en las parroquias donde surge el rebrote.

No obstante, las iglesias volverán a cerrar. Quizás se deba también a que nuestros obispos no han sido capaces de hacerse oír frente a las autoridades. Parece evidente que los que han obtenido excepciones son los que se han quejado. La Iglesia, que hace algunos años fue la voz de los sin voz, ahora no emite palabra para acabar con esta sequía que acongoja a sus fieles y los priva de los sacramentos. Como en el Chile actual el que no llora no mama, la consecuencia de esta mezcla de indiferencia de la autoridad y silencio episcopal es que el domingo volveremos a ver la misa por YouTube.

Monseñor Fernando Chomalí

RESPUESTA DE MONSEÑOR FERNANDO CHOMALÍ:

Carta del Arzobispo de Concepción publicada al día siguiente en el mismo periódico.

La Iglesia Católica seguirá todas las instrucciones de la autoridad sanitaria para hacer frente a la pandemia que nos azota. Los miles de muertos, los cientos de personas que están internadas graves, el dolor de sus familias y amigos exigen un comportamiento ejemplar de todos. Los católicos no hemos de ser la excepción y menos pedir privilegios. No he visto una persecución religiosa, como insinúa el señor Brito en su columna de ayer titulada como esta carta.

Sería contradictorio que la asistencia a misa -fuente y cumbre de la vida cristiana y máxima expresión del amor de Dios- sea un posible foco de contagio del mortal virus. El cumplimiento estricto de las normas es un acto de prudencia y de amor a Dios y al prójimo. Yo valoro y aplaudo el inmenso esfuerzo que las parroquias han realizado para poder estar cerca de la comunidad a través de las redes -con misas, rosarios, conferencias, retiros, etc.-. En Chile, lo que para algunos es obvio -tener computador y conexión a Internet- para muchos es inalcanzable. Seguir una misa en YouTube en Chile es un privilegio.

Invito al profesor Brito a que conozca lo mucho que hemos hecho para ayudar a las personas en esta pandemia. De manera silenciosa pero efectiva hemos estado cerca de los que han perdido su trabajo promoviendo comedores solidarios y ollas comunes; hemos entregado computadores y conexión a miles de estudiantes que no tenían; hemos acompañado a muchos migrantes con techo, alimentos y amor; hemos fortalecido el acompañamiento espiritual usando la tecnología; hemos rezado con quienes han perdido a un familiar querido. Muy preocupado de sí mismo, Brito nada de eso ve y menos valora, y de pasada, enloda el trabajo de los obispos. Hoy, el sentido de trascendencia -que tanto le preocupa- se manifiesta en el servicio a los demás.

<< Especiales <<

Información General | Mapa del Sitio | Condiciones de Uso | Salir a Portada