SANTUARIO PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE
LOURDES
Gruta y Basílica. Quinta Normal, Santiago de Chile.
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Pastorales > Catequesis sobre la
Eucaristía > Anexo: Algunos Conceptos
Importantes
La Liturgia es la “fuente y cumbre de toda actividad de
la Iglesia”. En ella se ejerce el sacerdocio de
Jesucristo. La celebración litúrgica es el lugar
más propicio para la presencia de Cristo. Celebraciones
litúrgicas son todas aquellas acciones que tienen su
origen en el mismo Jesús: la Eucaristía, los Sacramentos, la
Liturgia de las Horas, las Celebraciones de la Palabra, las
Celebraciones Dominicales sin Sacerdote, los Responsos y las
Bendiciones. La liturgia no agota toda la actividad de la
Iglesia, pero es la acción más importante. Es
así como existen algunos ejercicios como el Santo Rosario,
las Novenas, el Mes de María, la Adoración al
Santísimo, el Vía Crucis, etc., que son
recomendables como actos de piedad, pero NO son acciones
litúrgicas: son devociones. La Liturgia es la
acción sagrada por excelencia y es inigualable. Liturgia
significa etimológicamente “servicio del
pueblo”.
La Eucaristía
es una forma de liturgia: la más importante. Es la
liturgia de acción de gracias a Dios donde recordamos y
actualizamos el sacrificio de Cristo realizado en la
Última Cena. En dicho acontecimiento, Jesús en vez
de celebrar la antigua Pascua Judía, se entrega a
sí mismo, transformando su condena de muerte en un
sacrificio voluntario para la salvación del mundo. En la
Eucaristía no sólo recordamos la Última Cena
como un simple hecho histórico; sino que también
actualizamos el Misterio
Pascual: anunciamos la muerte de Jesús, proclamamos
su Resurrección, mientras esperamos su segunda venida.
Eucaristía significa etimológicamente “acción de
gracias”.
Jesús muere en la Cruz para devolvernos la amistad con
Dios, perdida desde el momento que Adán y Eva se alejaron
de Él. Por la Muerte y Resurrección de Jesucristo
se nos permite borrar el pecado original. Esto se concreta a
través de nuestro Bautismo. Somos bautizados y
quedamos en igualdad de condiciones con Jesús:
sacerdote (posibilidad
de cada uno de nosotros de interceder ante Dios), profeta (tenemos la misión de
anunciar el Evangelio) y rey (capacidad nuestra de discernir
entre lo bueno y lo malo). Estamos hablando de sacerdocio común o regio. El
sacerdocio ministerial o
jerárquico es también una semejanza con
Cristo, pero con un orden: es el sacerdocio de quien preside la
liturgia.
Son tres los lugares de referencia, o
“lugares
teológicos”, de la liturgia
eucarística: Altar,
Ambón y Sede, que representan respectivamente a
Jesús como sacerdote, profeta y rey.
ALTAR: Mesa que ha sido consagrada para la
celebración de la Eucaristía. Allí convergen
todos los elementos de la liturgia.
AMBÓN: Lugar desde donde se proclama la
Palabra de Dios; es
decir, las lecturas bíblicas (Evangelio incluido) y el
Salmo Responsorial. También se proclaman el Pregón
Pascual, las Secuencias (Pascua, Pentecostés, Corpus
Christi), y facultativamente, la Homilía (antiguamente se
predicaba desde el púlpito) y la Oración de los Fieles.
No es de uso del animador, coro ni para dar a conocer los
avisos.
SEDE: El sillón donde se sienta el
sacerdote que preside la Eucaristía.
El Concilio Vaticano II afirma que la
liturgia “es el ejercicio
del sacerdocio de Jesucristo, cabeza y miembros”.
Desde esta afirmación podemos decir que cada Asamblea
Litúrgica es el cuerpo de Cristo. Cristo mismo, cabeza y
miembros que se ofrece al Padre.
Existen dos tipos de sacerdocio:
sacerdocio común,
que lo ejercen todos los bautizados, y sacerdocio regio o ministerial,
ejercido por los presbíteros, especialmente cuando
presiden la Santa Misa.
CRISTO: Sumo y único
sacerdote celebrante que actúa y se hace presente mediante
la Asamblea.
ASAMBLEA: El pueblo de Dios que
se congrega en torno a la celebración. Todos somos
celebrantes de la
liturgia. La asamblea recibe también el nombre de
Synaxis.
SACERDOTE: Actúa en la
persona de Cristo. Preside la asamblea que celebra la
Eucaristía. Recibe también el nombre de
Presbítero.
CONCELEBRANTES: Cada uno de los
obispos y/o presbíteros que conjuntamente actúan
como ministros en la Eucaristía. Se les suele decir
específicamente a los acompañantes de quien preside
la celebración.
DIÁCONO: Ministro
instituido que concelebra junto al obispo y/o sacerdote. Dentro
de sus funciones, lee el Evangelio, invita a hacer el saludo de
paz y a recibir la bendición final que imparte el
sacerdote. Realiza el envío para que los fieles se vayan
en la paz y en la alegría del Señor. También
pueden presidir algunas celebraciones de sacramentos, como el
bautismo y el matrimonio, así como pueden realizar
responsos fúnebres.
ACÓLITOS: Sirven al
Altar. Están los monaguillos, los acólitos instituidos y los
ministros extraordinarios de la
Comunión. Pueden ser religiosos o laicos.
LECTORES: Proclaman las
lecturas bíblicas. Pueden ser laicos instituidos o
no.
SALMISTAS: Cantan o leen el
Salmo Responsorial. Pueden proclamar también el
Pregón Pascual, las Secuencias y eventualmente leer la
Oración de los Fieles.
CORO: Acompaña
musicalmente la celebración. Se refiere tanto a los
cantores como a los instrumentistas. El coro debe permitir que la
asamblea entone al menos los estribillos de los cantos.
SERVIDORES DE LA COLECTA:
Recogen las ofrendas de dinero que entregan los fieles de la
asamblea.
PRESENTADORES DE OFRENDAS: En el
Rito de los Dones presentan el Pan, el Vino, accesorios y, en
celebraciones especiales, ofrendas para fines solidarios o para
la comunidad.
ANIMADOR O GUÍA:
Servidor de la asamblea que introduce los cantos, textos
bíblicos y determinados momentos de la celebración.
Puede dar indicaciones prácticas (misa del día,
intenciones, números de los cantos, avisos). Sus
intervenciones deben ser breves y sobrias.
SACRISTANES: Se encargan de la mantención del Templo. Algunos de ellos pueden ayudar a servir en el Altar.
“Los ornamentos litúrgicos -el
alba, la estola y la casulla- que el sacerdote lleva durante la
celebración de la Sagrada Eucaristía, quieren
evidenciar, ante todo, que el sacerdote no está
aquí como persona particular, como éste o
aquél, sino en lugar de otro: Cristo”.
(Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, “El Cuerpo y la
Liturgia”).
ALBA: Túnica de lienzo
que los sacerdotes, diáconos y ministros se colocan sobre
el hábito y el amito para celebrar los oficios divinos.
Significa la pureza ritual y el despojamiento de toda
corrupción.
CASULLA: Vestidura
litúrgica que lleva el sacerdote sobre los demás
ornamentos cuando va a celebrar la Misa. Cambia de color
según el tiempo litúrgico o fiesta que se va a
celebrar.
DALMÁTICA: Vestidura
sagrada parecida a la casulla que se coloca encima del alba. La
usa actualmente el diácono.
ESTOLA: Banda larga de color
variable que el sacerdote lleva sobre el alba para celebrar la
Liturgia. El diácono también la usa,
terciada.
PLUVIAL (CAPA): Vestidura
litúrgica en forma de capa que emplea el sacerdote en
ciertas celebraciones: matrimonios, procesiones, etc.
AMITO: Vestidura sagrada que usa
opcionalmente el sacerdote debajo del alba. Es un lienzo que
protege el cuello y cae sobre los hombros y la espalda. Se sujeta
con dos cintas que se entrelazan delante del pecho.
CÍNGULO: Lienza que
sujeta el alba en la cintura cuando la lleva puesta el
sacerdote.
BÁCULO: Bastón
utilizado como apoyo. El nombre se asigna al “báculo pastoral”
que utilizan los Obispos como signos de su calidad de
pastores espirituales
del pueblo de Dios.
PALIO (No es lo mismo que “palia”): Insignia Pontifical que da el Papa a los Arzobispos y a algunos Obispos. Es una tela blanca con cruces negras que penden sobre los hombros y el pecho.
MUCETA: Especie de capa corta
que cubre los brazos hasta el codo, utilizada por el Papa, de
color blanco.
SOLIDEO: Trozo de género
circular que usan los Obispos y el Papa en la cabeza. En el caso
del Papa, es de color blanco; en el de los Obispos, color
violeta.
BIRRETA: Solideo de color rojo
que da el Papa a los Cardenales al momento de
nombrarlos.
PECTORAL: La cruz que los Obispos occidentales
llevan colgada sobre el pecho, o el medallón que llevan en forma
similar los orientales.
HOSTIA: Designa el Pan que el
sacerdote consagra en la Misa. El término proviene del
latín, que significa "victima".
CREDENCIA: Mesa auxiliar donde
se dejan los objetos necesarios para la celebración de la
Eucaristía.
CÁLIZ: Vaso sagrado en el
cual se consagra el Vino.
COPÓN: Vaso sagrado en el
cual se consagran las hostias. Se diferencia del cáliz
porque tiene tapa.
PÍXIDE: Vaso destinado a
contener la hostia consagrada.
PATENA: Vaso sagrado en el cual
los ministros llevan la comunión a los fieles (cumple las
veces de copón). Es también la pequeña
bandeja que acompaña el cáliz con la hostia
sacerdotal. Además, se le llama patena a la bandeja con la
cuál el acólito acompaña al ministro en el
momento de la comunión con el fin de evitar que caigan
partículas al suelo.
VINAJERAS: Botellas en las
cuales se lleva el agua y el vino para la Misa.
LAVABO: Lavatorio con el cual
el sacerdote se lava las manos como signo de su propia
purificación antes de la Consagración.
MANUTERGIO: Lienzo de género blanco con el cual el sacerdote se seca las manos.
CIBORIO: Especie de dosel que
cubre el altar. Se le llama también Baldaquino.
CORPORAL: Lienzo de
género blanco que se utiliza para depositar sobre
él, el Cuerpo y la Sangre del Señor. Se caracteriza
porque se dobla en cuatro partes con el objeto de que cualquier
partícula del Cuerpo de Cristo que de dentro del corporal
al momento de ser doblado. El corporal no puede ponerse por el
revés ni tampoco ventilarse para que quede bien
estirado.
PURIFICADOR: Lienzo de
género blanco que se utiliza para recoger todas las
partículas que pudiere haber en los copones y patenas y
para secar el cáliz después de haber sido
purificado.
HUMERAL: Paño rectangular
que el sacerdote se coloca sobre los hombros y brazos para tomar
ciertos objetos, como la custodia y el copón para bendecir
o llevarlos en procesión.
PALIA
(No es lo mismo que
“palio”):
Cartón forrado en género blanco que se pone sobre
el cáliz para evitar que cualquier cosa pueda caer dentro
de éste.
VIÁTICO: La
comunión llevada a los enfermos. El recipiente que
contiene las hostias consagradas se llama Portaviático.
ÓLEO O CRISMA: Aceite consagrado por el Obispo el Jueves Santo, que se emplea en algunos sacramentos, como el Bautismo y la Confirmación (crismación). Es símbolo del don del Espíritu Santo y de su fuerza.
CAMPANILLAS: Sirven para llamar
la atención de los fieles en la Consagración y en
el Cordero de Dios. Se tocan en los siguientes momentos:
a) en la Primera Epíclesis, donde el
sacerdote invoca al Espíritu Santo para que el pan y el
vino queden consagrados, b) en la Elevación del Pan y del Vino,
en cada caso se toca tres veces, c) cuando el sacerdote se arrodilla
después de cada
elevación, y d) cuando el sacerdote se arrodilla
antes de mostrar al Cordero de
Dios. Su uso no es obligatorio. En la Adoración al
Santísimo, las campanillas se tocan tres veces mientras el
sacerdote bendice al pueblo con el Santísimo
Sacramento.
PRESBITERIO: Lugar del templo en
torno al altar, reservado a los sacerdotes, diáconos y
concelebrantes durante la Santa Misa. También se designa
al conjunto de
presbíteros.
PÚLPITO: Lugar en desuso separado del
presbiterio que estaba destinado a las prédicas. Fue
reemplazado por el ambón,
función que actualmente cumplen muchos púlpitos de
templos antiguos.
CORONA DE ADVIENTO: Corona que se utiliza
durante todo el período de Adviento, previo a la Navidad. Posee cuatro velas
en su perímetro y una quinta (optativa hasta antes de
Nochebuena) al centro. Las cuatro velas
perimetrales se encienden sumando de a una en cada uno de
los cuatro domingos del Adviento; éstas pueden ser del mismo color (morado
de preferencia), o tres moradas
y una rosada, correspondiendo esta última al tercer
domingo, o todas de diferente
color (morado para el primer domingo, verde para el
segundo, rosado para el tercero y celeste o blanco para el cuarto
domingo). La vela del centro,
de color blanco, se
enciende durante la Misa de Nochebuena. Durante el Tiempo de
Navidad, la corona puede estar presente con todas sus velas
encendidas.
PESEBRE: Imagen en la cual está recreado el
Nacimiento de Jesús. Si bien es de uso en el tiempo de
Navidad, es costumbre armarlo durante el
período de Adviento.
CRUCIFIJO: Imagen de Cristo en la Cruz.
CIRIO: Vela de cera que se emplea en las iglesias. En las
celebraciones litúrgicas, los cirios son imagen visual de
nuestra fe. El Cirio
Pascual, que se renueva todos los años en la
Vigilia Pascual, se usa durante el Tiempo
de Pascua, en bautizos, primeras comuniones, confirmaciones y
misas exequiales.
CIRIALES: Candeleros altos que llevan los acólitos en las procesiones del sacerdote que preside la Misa.
SAGRARIO: Lugar donde se guarda
el copón con las hostias consagradas. Se le llama
también Tabernáculo.
CUSTODIA: Vaso sagrado en el que se coloca la hostia consagrada de modo que pueda ser vista. Se le llama también Ostentorio. Se emplea para la exposición y procesiones con el Santísimo.
CONOPEO: Velo con que se cubre
el copón cuando queda guardado en el sagrario.
También si se expone el Santísimo sin emplear la
custodia.
ACETRE: Caldero de agua bendita que se usa para las
aspersiones litúrgicas.
HISOPO: Dispersador para rociar
con agua bendita (asperjar) en las bendiciones de personas y de
objetos.
INCENSARIO: Utensilio utilizado para colocar ascuas
sobre las cuales se echa incienso. Las volutas de agradable
olor que se producen son dirigidas hacia los objetos o la
asamblea en señal de veneración (incensacion).
NAVETA: Recipiente que contiene el incienso que se usa en el incensario.
MISAL: Libro de oraciones con
el cual el sacerdote celebra la Eucaristía.
PONTIFICAL: Libro
litúrgico que contiene las celebraciones con
Obispos.
RITUAL: Libro litúrgico
que contiene las formas y ritos de las celebraciones
litúrgicas.
ATRIL: Sirve para apoyar el
Misal sobre el Altar. También se designa al lugar donde el
animador hace su labor de guiar a la asamblea.
LECCIONARIO: Libro desde el
cual se proclaman las lecturas bíblicas, el Salmo
Responsorial, el Pregón Pascual y las Secuencias. El
Evangeliario es un
leccionario que contiene solamente los Evangelios.
COLORES LITÚRGICOS: Los colores empleados en los ornamentos del sacerdote y de los concelebrantes. También se usan en telas de adornos. Representan el tiempo litúrgico o la festividad que se celebra. Los colores principales son: blanco (Navidad, Epifanía, Bautismo del Señor, Jueves Santo, Vigilia y Domingo de Resurrección, Tiempo de Pascua [excluido Pentecostés], Santísima Trinidad, Corpus Christi, Sagrado Corazón, Cristo Rey, celebraciones de acontecimientos de la vida de Jesús no relacionadas con su Pasión, Virgen María, Ángeles, Santos no mártires, día de Todos los Santos, consagraciones de templos, bautizos, primeras comuniones, ordenaciones sacerdotales y religiosas, matrimonios, celebraciones de envíos de misión y color de reemplazo en caso de faltar el adecuado), rojo (Domingo de Ramos, Liturgia de Viernes Santo, día de la Santa Cruz, Apóstoles, Santos Mártires, Pentecostés y confirmaciones), morado (Adviento, Cuaresma [excluido Domingo de Ramos], celebraciones penitenciales, día de Todos los Difuntos y misas de exequias) y verde (tiempo ordinario o "durante el año", excepto fiestas y solemnidades). En forma opcional (para uso exclusivo o complementario con otro color): dorado o plateado (Vigilias y Solemnidades de Pascua de Resurrección, Pentecostés y Navidad), celeste o azul (Virgen María) y rosado (Tercer Domingo de Adviento y Cuarto de Cuaresma, y menos frecuente, celebraciones marianas).
Los signos propios de los momentos de la
Misa, como la Procesión de Entrada, la Presentación
de los Dones, la Consagración, la Comunión y la
Bendición, están descritos en los capítulos
2 al 7 de nuestro ciclo
de catequesis.
PROCESIÓN: Paseo solemne
de carácter religioso, dentro o fuera de la Misa,
acompañado de cantos u oraciones. Las más usuales
son la Procesión de
Entrada, que inicia la Santa Misa, la procesión de
ofrendas y la
Procesión Final.
En algunas ocasiones, como fiestas y solemnidades, hay
procesiones que se realizan en homenaje a Jesús, a
María o a algún santo, llevando la imagen de quien
es festejado.
VENERACIÓN DEL ALTAR:
Gestos con las cuales se muestra el religioso respeto al Altar,
como símbolo de Cristo y lugar del sacrificio. Son gestos
de veneración del altar: la inclinación
(reverencia), el beso y la incensación, según los
casos.
SEÑAL DE LA CRUZ: Gesto
que realizamos los cristianos consistente en hacer una triple
cruz pequeña en la frente, en la boca y el pecho, para
concluir con una gran cruz sobre nosotros mismos (desde la frente
al pecho y desde el hombro izquierdo al derecho). Es un signo, un
sacramental, por el cual manifestamos nuestra fe que Cristo nos
redimió por su Cruz. Al señalarnos con la cruz
mencionamos a la Santísima Trinidad: “En el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo”. Como bautizados,
consagramos la jornada a la gloria de Dios e invocamos la gracia
del Señor que nos permite actuar en el Espíritu
como Hijos del Padre. En la Santa Misa, este gesto se realiza al
comenzar el Evangelio. En el Saludo Inicial y en la
Bendición Final, se efectúa sólo la gran
cruz final que pasa por nuestra frente, nuestros labios y nuestro
corazón.
GENUFLEXIÓN:
Acción de doblar una rodilla en señal de
adoración a Dios.
CRISMACIÓN: Acción de ungir con el
santo crisma. Ver óleo o
crisma.
ASPERSIÓN: Gesto en que el sacerdote
rocía a
los presentes con agua, signo que recuerda nuestro Bautismo. En
el Tiempo de Pascua puede reemplazar al Rito Penitencial. La
aspersión también se usa en bendiciones y en
Domingo de Ramos.
INCENSACIÓN: Acción en que el
sacerdote, con el incensario,
dirige el humo de incienso a los objetos o a la asamblea. Este
gesto, usado para solemnizar celebraciones, nos recuerda
también la fidelidad de los primeros cristianos, y que
gracias a su fortaleza la fe llegó hasta
nosotros.
CORONACIÓN: Acción
de coronar una imagen religiosa en una celebración
litúrgica. Por ejemplo, el Papa Juan Pablo II, durante su
visita a Chile, realizó la coronación de la Virgen
del Carmen en el Templo Votivo de Maipú.
IMPOSICIÓN DE CENIZAS: Signo propio del
Miércoles de Cenizas, día que inicia la
Cuaresma. Es un reconocimiento de que
somos polvo y al polvo hemos de volver. Es señal de
penitencia.
PREGÓN PASCUAL: Anuncio gozoso de la
Resurrección
de Cristo que se proclama en la Misa de Vigilia
Pascual.
SECUENCIA: Texto litúrgico que se proclama (cantado o leído) después de la Segunda Lectura y antes del Aleluya, en las Misas del Domingo de Resurrección, Pentecostés y Corpus Christi. Las secuencias son himnos nacidos durante la Edad Media, con rico contenido literario.
Año Litúrgico
es el
período en que la Iglesia quiere santificar y hacer
presente a Jesucristo en medio de nosotros. Esto se realiza a
través del tiempo, es decir, los días, la semana,
el año. Comienza con el Primer Domingo de Adviento
(última semana de noviembre o primera semana de diciembre)
y se extiende hasta la semana de la Solemnidad de Cristo
Rey.
Detallamos a continuación cada uno de
los Tiempos Litúrgicos, con sus características y
respectivos colores, además del
significado de la Semana Santa, la semana más importante
del año cristiano:
ADVIENTO: Del latín adventus, llegada o advenimiento. Da
inicio al Año Litúrgico. Período que
comprende los cuatro domingos previos a Navidad, con sus
respectivas semanas. Doble
espera: la Navidad y la Segunda Venida de Cristo. En la
Santa Misa se suprime el Gloria (excepto el 8 de diciembre), y su
color litúrgico es el morado, con la salvedad del
mencionado día de la Inmaculada Concepción
(blanco). El Tercer Domingo, domingo del “alégrense”,
puede utilizarse el color rosado. Un signo típico es
la corona de adviento, que
contabiliza los domingos transcurridos de este tiempo
litúrgico.
NAVIDAD: Su significado no se puede entender sino es a
partir del sentido del Adviento. Desde la noche del 24 de diciembre hasta el
día del Bautismo del
Señor, celebramos la Encarnación de Jesucristo,
haciéndose hombre, hermano nuestro. En la Misa se canta el
Gloria, incluso en los ocho días siguientes a la Fiesta de
Navidad. El color litúrgico de este tiempo es el
blanco. Durante todo
este tiempo, los templos están adornados con el
tradicional pesebre.
La EPIFANÍA es parte del
tiempo de NAVIDAD. Significa “manifestación”.
Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se muestra al
mundo en diferentes momentos durante su vida, la Iglesia celebra
como Epifanía la Manifestación a los Reyes Magos (6
de enero o, como es el caso de Chile, el domingo posterior al
Año Nuevo). El domingo siguiente a la celebración
de la Epifanía se recuerda otra manifestación, el
Bautismo del
Señor, culminando el tiempo de Navidad. (En
aquellos países donde la Epifanía se celebra en
domingo y cuando éste cae después del 6 de enero,
el Bautismo del Señor se conmemora el lunes inmediatamente
siguiente a la Epifanía).
CUARESMA: Se extiende por cuarenta días, desde
el Miércoles de Cenizas
hasta el Jueves Santo,
excluida la Misa de la Cena del Señor. Tiempo litúrgico que nos prepara para
la Semana Santa y para la Pascua de Resurrección.
El camino cuaresmal es para nosotros un tiempo de oración,
tiempo de penitencia y tiempo de conversión. No es un
refugio o una huida. Convertirse es algo más que hacer
penitencias o conseguir privaciones momentáneas, es
cambiar de vida y acoger el Reino de Dios. En la Santa Misa se
suprime el Gloria y no hay Aleluya (en la Aclamación al
Evangelio, el Aleluya se reemplaza por otro canto breve). Color
litúrgico: morado, excepto Domingo de Ramos,
que es rojo. El Cuarto Domingo, domingo del “alégrate”, puede
utilizarse el rosado. La Cuaresma sólo se interrumpe, con
colores propios y pudiéndose cantar Gloria y Aleluya, en
las fiestas de San José y de la Anunciación (en
caso de coincidir con día domingo o Semana Santa, se
trasladan a fecha cercana).
La SEMANA SANTA es la semana más
importante del Año Litúrgico, que conmemora la
Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
Comienza con Domingo de
Ramos, día que recuerda la entrada triunfal de
Jesús a Jerusalén, comprende además los
últimos días de Cuaresma y prosigue con el
Triduo y la Vigilia Pascual, para culminar con
el Domingo de
Resurrección.
TRIDUO PASCUAL: Se extiende
desde la Misa de la Cena del Señor (Jueves Santo en la
noche) hasta el Sábado Santo, antes de la Misa de Vigilia
de Resurrección. El Jueves Santo (noche) se conmemora la
Última Cena, en la
cual Jesús va a realizar y llevar a plenitud el sentido de
la Cena Pascual (color litúrgico: blanco, y se canta el
Gloria). El Viernes
Santo, día de la Pasión y Muerte de
Jesús, no hay Misa: se realiza la Liturgia de Adoración de la
Cruz, cuyo color litúrgico es el rojo. El
Sábado Santo
tampoco se celebra Misa y no hay música ni elementos
festivos durante el día.
TIEMPO DE PASCUA: Comienza con la celebración
más importante del Año Litúrgico: la
Misa de Vigilia de
Resurrección, en la noche del Sábado Santo. En ella, como
lo dice el Pregón
Pascual, celebramos el triunfo de Jesús sobre la muerte y el
pecado. Se retoman con mucha fuerza los cantos del Gloria
y del Aleluya. El Tiempo de Pascua, que es como una larga fiesta de
Resurrección, se extiende por cincuenta días
e incluye las Apariciones de Jesús a Santo Tomás y
a los Discípulos de Emaús, además de la
solemnidad de la Ascensión del Señor, para culminar
con Pentecostés,
fiesta que recuerda la venida del Espíritu Santo sobre los
Apóstoles. Un signo típico de este tiempo es el
cirio
pascual. El color litúrgico de toda la Pascua
es el blanco, excepto
Pentecostés, que es rojo.
TIEMPO ORDINARIO: Período
de 34 semanas que no corresponde a ningún tiempo
litúrgico en especial. En cada año y en forma
alternada, los evangelistas Mateo, Marcos y Lucas nos van
mostrando pasajes de la vida de Jesús que revivimos
durante las misas dominicales (el cuarto evangelista, Juan,
está presente en los tiempos litúrgicos
especiales). El tiempo ordinario está dividido en dos
partes: la primera se extiende desde el término del Tiempo
de Navidad hasta el inicio de la Cuaresma, mientras que la
segunda parte va desde la fiesta de Pentecostés hasta la
semana del domingo de Cristo Rey. Color litúrgico:
verde, excepto fiestas y
solemnidades.
Las tres celebraciones más importantes
del Año Litúrgico son, en ese orden, la
Resurrección de
Jesús, la fiesta de Pentecostés y la Navidad. La Resurrección, que se celebra
el domingo siguiente a la primera luna llena de la primavera del
hemisferio norte (en nuestro otoño, y que puede caer entre
el 21 de marzo y el 26 de abril), determina las fechas de los
tiempos litúrgicos y de las fiestas movibles del
calendario cristiano.
Existen algunas celebraciones que poseen
categorías especiales: solemnidades (fiestas de
carácter solemne, eventos de máxima importancia:
misas con Gloria, Primera y Segunda Lectura, Credo y Prefacio
propio; algunos ejemplos: las mencionadas celebraciones de
Pascua, Pentecostés y Navidad, y las fiestas marianas de
la Asunción y la Inmaculada Concepción),
fiestas (Gloria y
Prefacio Propio en las eucaristías; por ejemplo, algunas
advocaciones marianas; si las fiestas caen en un domingo que no
sea de un tiempo litúrgico especial, pasan a la
categoría de solemnidad), memorias obligadas y memorias libres. Agreguemos
también que hay celebraciones que tienen diferentes
categorías según el lugar donde se realizan, como
el 11 de febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes,
que en los santuarios marianos en su honor alcanza el rango
máximo de solemnidad.
Consignemos finalmente que en todo el año existen cuatro días de precepto dominical, o sea, en que es necesaria nuestra participación en la Santa Misa como si fuera domingo. Estos días, feriados legales en nuestro país y mencionados en orden cronológico del calendario civil, son: Asunción de la Virgen (15 de agosto), Todos los Santos (1° de noviembre), Inmaculada Concepción de María (8 de diciembre) y Navidad (25 de diciembre y no habiéndose asistido a la Misa de Nochebuena).
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